Miembro del equipo de triatlón y de aguas abiertas. Empresario, fundador del centro de bienestar Kona. Administrador. Futbolista de toda la vida. Representante asiduo del Club de Regatas «Lima» en diversas competencias. Tiene 32 años y es papá de una hija de nueve.
¿Qué nombre le pondrías a este capítulo de tu vida?
“Crecimiento”.
¿Qué es lo primero que ves cuando te miras al espejo?
Veo a un hombre que ha superado muchas adversidades.
¿Qué cambiarías de ti mismo?
Quisiera ser más paciente.
¿Cuál ha sido el momento más difícil de tu vida?
Cuando tomé la decisión de retirarme del fútbol profesional. Jugaba desde muy niño, todo el día.
¿Y el más feliz?
Cuando estaba en la filial San Antonio, en un Año Nuevo que pasé con mi familia y mis amigos. El papá de Claudio Pizarro me llamó y me dijo que me habían ascendido de las divisiones menores de Bolognesi al equipo profesional.
¿Qué te gustaría haber inventado?
Una pastilla para sanar cualquier enfermedad y curar a las buenas personas.
Cuando eras chico, ¿qué querías ser de mayor?
Siempre quise ser futbolista.
A tu juicio, ¿qué es lo mejor y lo peor de las redes sociales?
Son un medio tan fuerte, que lo mejor es cuando hablan bien de ti y lo peor, cuando hablan mal.
¿Qué fue lo que más y menos disfrutaste de tu etapa en la tele?
Lo que más y menos disfruté, al mismo tiempo, fue la popularidad. La primera semana me sentí bien, luego sentí que invadían mi privacidad.
¿Volverías a aceptar formar parte de un reality show?
Nunca descarto nada, pero hoy no regresaría.
¿Qué es lo que más disfrutas de hacer deporte?
Me ayuda a estar tranquilo, a escucharme a mí mismo. El deporte y la buena alimentación son la mejor medicina.
¿Qué recursos utilizas cuando estás bajo presión?
Me acuerdo de cosas que me motivan, principalmente de mi familia.
¿A qué le temes?
A que un día me enteré de que tengo una enfermedad incurable. No me da miedo la muerte, me da miedo no poder ayudar más a mi familia.
¿Qué habilidad o talento quisieras tener?
Me gustaría poder cantar bien.
Si pudieras sentarte a cenar con tres personas o personajes, reales o ficticios, muertos o vivos, ¿a quiénes elegirías?
A mi tío Coco, hermano de mi papá; a mi tío Pichín, que me apoyó mucho en el deporte… Iba a ser el padrino de mi hija, pero falleció; y a mi tata (su abuelo), me hubiera gustado hablar con él. A los dos primeros los tengo tatuados en mi cuerpo.
¿Qué cosas disfrutas, al margen del deporte?
Pasar tiempo con mi familia. También me encanta viajar y conocer otras culturas.
¿Qué harías distinto si pudieras volver atrás?
Seguiría con el fútbol, pero no como futbolista en el Perú. El ambiente es feo, hay mucho racismo. Me gustaría estudiar en el extranjero, becado por jugar al fútbol.
¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro hasta ahora?
Tener a mi familia unida hasta el día de hoy.
Si tuvieras que quedarte con un momento pasado en el Club, ¿cuál sería?
Me quedo con un camp de triatlón, en Paracas. Nos levantamos, no había sol, había más malaguas de lo normal, pero igual decidimos nadar. Cuando nos íbamos a meter al mar, las malaguas se fueron y salió el sol. Sacaba la cabeza y por un lado veía el sol y, del otro, la luna. Además, vimos a un montón de delfines ir hacia nosotros. A veces lo no planeado sale increíble.
¿Qué metas o deseos pendientes tienes?
Que mi negocio de preparación física siga creciendo. Empecé entrenando en los parques a una persona. Ahora ayudo a que más de cien personas mejoren su estilo de vida. Quiero comprar un departamento para dejárselo a mi hija. Y que ella sea una persona con valores y disciplina, honrada, honesta… y que le encante el deporte.
