Alejandra Lulli: De la moda a la solidaridad

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Alejandra está a la cabeza de Punto Tessuto, empresa dedicada a la alta costura y alta sastrería. Foto: Techi Fuentes.

Alejandra Lulli está al mando de Punto Tessuto, empresa con más de diez años de experiencia trabajando con telas italianas de lujo usadas en la alta costura, un referente en la alta sastrería en el Perú. El gusto y amor de nuestra asociada por la moda nació cuando era pequeña, época en que frecuentaba el Club. “La primera vez que vine al Club fue en la panza de mi mamá”, nos dice, entre risas. “Mis mejores recuerdos están en la piscina que llaman ‘la paterita’; me acuerdo que había una cafetería al lado de la piscina que tenía unos mixtos calientes espectaculares”. 

Desde niña se sintió atraída por las telas, por los accesorios, zapatos, carteras, perfumes y demás elementos vinculados a la moda. No por gusto decidió estudiar diseño de moda ni bien terminó el colegio y se puso como objetivo viajar a Europa para aprender más sobre este rubro. 

Viajó a Milán, donde encontró la inspiración para crear Punto Tessuto. “Empecé trayendo telas de alta calidad al Perú con la idea de ser proveedora, pero luego decidí meterme de lleno en la confección y el diseño”, nos cuenta Alejandra. A partir de entonces, comenzó a diseñar trajes, vestidos y camisas de alta costura para los clientes que visitaban su showroom. Sin embargo, la pandemia la obligó a modificar y ralentizar sus planes profesionales. Además, durante la etapa inicial de la cuarentena nació su hija y aprovechó para dedicarse a la maternidad.

Durante la época de la pandemia, Alejandra empezó a colaborar con la olla común Bendiciones de Dios, en San Juan de Miraflores.

De pronto, en medio de esta problemática, surgió una oportunidad. Con el auge de las normativas que instaban a las personas a salir a la calle protegidas con mascarillas, Punto Tessuto empezó a confeccionar sus propios modelos de mascarillas con material lavable. La idea era que cada persona pudiera lucir un signo distintivo sin dejar de estar protegida.

Fue en medio de este contexto que Alejandra decidió separar parte de las ganancias de las mascarillas vendidas y ayudar a quienes más lo necesitaban. Así contactó con dos ollas comunes y les tendió la mano: una en San Juan de Miraflores y la otra en Villa María del Triunfo. “La primera es Bendiciones de Dios, a donde iba personalmente, con doble mascarilla, un mameluco y protector facial, a dejar los víveres. La segunda es un proyecto liderado por Marsivit Alejo Gamarra, una niña de Villa María del Triunfo que organizaba diversas ollas comunes en su comunidad. Cuando supe su historia, le escribí para preguntarle cómo podía ayudar y me uní a su causa”, nos cuenta la diseñadora.

Con el paso del tiempo, más personas se han unido a Alejandra en los aportes a las ollas comunes.

En el Instagram de Punto Tessuto, Ale comenzó a compartir sus visitas a estas ollas comunes y la entrega de víveres, sin pensar que varios de sus seguidores la contactarían para sumarse a la iniciativa. Ahora, con la vuelta a la normalidad, el apoyo no ha cesado. “Entrego víveres cada tres meses”, detalla Alejandra, que en estos días se encuentra en Italia, donde se nutre de las nuevas tendencias de la moda y conversa con fabricantes textiles para incorporar novedades a su negocio.

Actualmente, Alejandra se encuentra en Italia, donde se nutre de las nuevas tendencias de la moda. Foto: Techi Fuentes