El detonante fue un espacio vacío, al lado de un ventanal de doble altura. En su nueva casa de playa, una pared desnuda clamaba por una pintura que le diera vida. “‘La virgen’, de Gustav Klimt, calzaría perfecto en ese espacio”, pensó Laura. Después, tuvo otra idea: ¿por qué no pintarla ella misma? Así, hace seis años, incursionó en la faceta que ahora compartirá con nosotros en la Sala de Exposiciones de Chorrillos.
Cuando era pequeña, su madre le dijo: siempre hay algo nuevo por aprender. La consigna se le quedó grabada. A partir de entonces, cultivar la mente le permite disfrutar de una vida plena. Para muestra, un botón: en 2016, pese a ser diseñadora gráfica, agente inmobiliaria y decoradora de interiores, comenzó a estudiar pintura al óleo en Corriente Alterna. “Era un lugar muy lúdico en el que aprendí lo principal”, comenta. “Sin embargo, luego comencé a buscar algo que me diera mayor tranquilidad e inspiración”.
En 2018, se inscribió en el taller de Dibujo y Pintura del Club. Al lado del profesor Milton Miranda, aprendió más sobre los pigmentos, la fluidez y los compuestos del óleo. “Encontré un grupo humano maravilloso, instalaciones confortables y una vista inspiradora del mar”, recuerda.
COLECCIÓN DE INSPIRACIÓN
Quizás su personalidad inquieta y las ganas de romper la idea de que un artista debe encasillarse en un único estilo propiciaron las 17 pinturas que Laura presentará en el Club. “Aprendo de diferentes referentes y maestros. Es probable que, en algún momento, esta mezcla de expresiones me encuentre con un desenlace: mi sello personal”, confiesa. “En ‘Camino al arte de la mano de grandes maestros’, reflejo parte de mi proceso creativo y todas las técnicas que he imitado”.
Entre sus referentes, se encuentran los peruanos Hernán Sosa, Gerardo Chávez, Fernando de Szyszlo y Magaly Sánchez, y los universales Gustav Klint, Claude Monet y Vincent van Gogh. “Aprendo de transparencia, contrastes y juegos con el óleo”, nos dice Laura. “Pero, sobre todo, he aprendido que pintar es un espacio de meditación, paciencia e introspección”… Un espacio que jamás volverá a estar vacío.