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Una adecuada alimentación es esencial para cualquier deportista; en especial, para los deportistas competitivos. En nuestro Club, los atletas cuentan con una aliada de primera línea: Patricia Jiménez, nutricionista que trabaja con todas las disciplinas desde el año 2017.

“Para mí, hacer dieta es aprender a comer saludable”, nos dice Patricia, mientras nos explica cómo realiza su labor. “Cuando viene un paciente, se registra su peso, talla y medidas, y conozco su rutina diaria, horario de trabajo, estudio, costumbres, para poder diseñar su dieta”.

No todo se limita a la dieta, sino que además debe haber un compromiso de parte de la familia y el entorno cercano del deportista; sobre todo cuando se encuentra en etapa de crecimiento. “Es más fácil cambiar la mentalidad de un niño que la de un adulto. El niño acata porque sabe que le va a servir para su carrera deportiva; el adulto tiene costumbres difíciles de modificar”, agrega Patricia.

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“Hacer dieta es aprender a comer saludable”, señala nuestra especialista.

Aunque pueda usar una guía general a la hora de diseñar un régimen alimenticio, Patricia advierte que no hay dos dietas iguales. “Cada una es personalizada; lo que le sirve a uno puede no funcionarle a otro. Cada persona tiene distintos requerimientos y está en un momento deportivo específico”.

Vale decir que las dietas no son fijas: entre otras cosas, dependen de la etapa del año en que se encuentre el deportista en cuestión. “Hay etapas de competencia y de precompetencia. La pretemporada, por ejemplo, suele ser una fase de ganancia muscular; por ende, en ella se debe comer más de lo normal, porque en ninguna otra época del año se va a tener tanta libertad de horarios para entrenar y sobreexigir al organismo”.

Las dietas también varían a causa de las lesiones. “Algunas lesiones toman días y otras, meses o años. En estos casos se necesita saber los tipos y horarios de terapia para generar un régimen que favorezca una recuperación más corta y efectiva. Lo ideal es que el deportista vuelva a su estado de forma óptimo”, comenta nuestra especialista.

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Agua, frutos secos, frutas y otros carbohidratos de calidad son esenciales para la recuperación del músculo luego de una competencia o entrenamiento.

Hay algo que no es negociable en las dietas de los deportistas: la comida chatarra. El consumo de esta clase de alimentos no solo se traduce en masa adiposa, sino que además genera que el cuerpo esté más expuesto a las lesiones. Dos componentes más resultan fundamentales: mantenerse hidratados y respetar las 8 horas de sueño. 

“Los padres deben acompañar al deportista. Ellos no se hacen solos”, enfatiza Patricia con respecto a los atletas más chicos y sus dietas. En plena etapa formativa, el aspecto nutricional es uno de los pilares de nuestros futuros campeones.