Pasar al contenido principal

 

Barbie Frangella es argentina, tiene 29 años y mide un metro ochenta de estatura. La temporada pasada jugó en Circolo Sportivo Italiano. 

 

Fotos de Techi Fuentes

 

Le dicen ‘Barbie’ desde siempre. Nadie la llama Bárbara —solo su madre lo hacía cuando estaba enojada—. Pero hoy ese sobrenombre es parte de su identidad, como lo será su rol como armadora del equipo celeste. La jugadora santafesina confiesa que jugar en el Perú “es un placer por cómo se vive el vóley acá, de una forma muy intensa y linda”. Y no es para menos: la Liga Peruana de Vóley se transmite por señal abierta y la pasión de los aficionados se siente tanto fuera como dentro de la cancha. "Creo que la liga peruana está creciendo un montón", agrega Barbie. "Me di cuenta cuando vine la temporada pasada, se nota que los clubes invierten más, traen jugadoras olímpicas, mejoran el nivel. Creo también que la jugadora peruana está creciendo un montón, comparte con sus pares y puede conocer otras realidades". 

Barbie tiene 29 años y compagina dos facetas muy distintas: es voleibolista y médica. Se graduó en su natal Argentina y hoy cursa un posgrado en medicina ayurvédica, con la intención de fusionar lo tradicional con lo holístico. En paralelo, ha desarrollado su carrera deportiva en clubes como Boca Juniors, Estudiantes de la Plata, Club Atlético Villa Dora y Echagüe, antes de aceptar el reto de jugar en el Perú, donde la temporada pasada defendió los colores de Circolo Sportivo Italiano. “En Argentina trabajaba de noche, entrenaba de mañana, hacía doble turno... Era exigente, pero valió la pena”, recuerda sobre esos años de sacrificio.

 

Barbie trabajó con los entrenadores celestes Horacio Bastit y Guillermo Cáceres en la selección juvenil argentina.

 

En su aterrizaje como refuerzo de Regatas “Lima”, Barbie valoró diversos aspectos del proyecto celeste: la calidad del comando técnico, la excelente infraestructura del Club, el hecho de que Regatas cerró la temporada pasada como subcampeón... “Eso habla de la seriedad de la institución”, nos dice. 

De los primeros días que lleva entrenando con el equipo, destaca el buen ambiente, las ganas, el grupo nuevo que poco a poco se va conectando dentro y fuera de la cancha. La temporada pasada, la mejor armadora del torneo fue celeste: la mexicana Paola Rivera contribuyó a que llegásemos a instancias finales, pero Barbie subraya: “Paola juega muy bien, la admiro un montón, pero yo no vine a reemplazar a nadie; vine a hacer mi juego. Con Cristina (Cuba) vamos a aportar cada una nuestro estilo y experiencia en esta posición. El desafío existe, pero confiamos en que podemos llevar al equipo adelante y llegar a la final. Si pienso en mayo de 2026, quiero mirar atrás, sentir que di el 100 % y que lo disfruté. Cuando era más chica quizás lo sufría un poco más; era mayor la presión que sentía que lo que realmente disfrutaba del deporte. Hoy estoy en un lugar donde disfruto de lo que hago, y elijo hacerlo".

¡Bienvenida a tu nueva casa, Barbie! 

 

“Estoy muy enfocada en el presente. Quiero crecer esta temporada; lo que venga después lo iremos viendo”, nos dice.