Américo Venero Montes, o simplemente ‘Tupi’, se desempeña como head coach de tenis del Club de Regatas “Lima” y capitán del equipo peruano de Copa Davis. Desde que llegó a nuestro Club, cuatro años atrás, los resultados saltan a la vista. “El secreto es el esfuerzo y el sacrificio… y el respaldo de una comisión que me respeta y confía en mi trabajo”, nos dice.
En una cancha de tierra batida, en el Club Revólver del Rímac, Tupi daba sus primeros raquetazos cuando acompañaba a su abuelo a jugar al tenis. “La familia de mi madre siempre practicó este deporte”, recuerda. Sin embargo, la historia de Tupi no comenzó en el Perú. “Mis padres viajaron a Francia por estudios. Yo nací allá, en 1972, pero antes de cumplir un año vine a Lima”, cuenta nuestro entrenador, que creció en diversos barrios de la ciudad. “Me cambié de colegio muchas veces, por el trabajo de mi madre”, precisa.
Tupi aprendió a jugar tenis a los seis años, de la mano de su tío Carlos Montes. “Él tenía una academia de tenis, la Ismael Merino. Quedaba en la avenida El Polo”, rememora. “Mi tío fue un gran formador. En esa academía entrenaron Pablo Arraya, Carlos Di Laura, Carla Rodríguez, entre otros”.
A los 10 años Tupi representó al Perú por primera vez, en Venezuela. “Éramos doce chicos de 12 y 10 años. En aquella oportunidad fuimos campeones mundiales como equipo… Me tocó llegar a la semifinal. Fue una generación espectacular”, recuerda el extenista, que en aquella ocasión compartió equipo con Milagros Quiroz, asociada de nuestro Club.
Años más tarde, como la mayoría de deportistas peruanos, Tupi tuvo que decidir entre jugar al tenis o estudiar una carrera universitaria. “La idea era hacerlo en paralelo a través de una beca en Estados Unidos”, relata. Sin embargo, al acabar el colegio compitió en diversos torneos sudamericanos que lo llevaron a reforzar su faceta deportiva. “Me metí entre los mejores 350 del mundo en menos de seis meses”, detalla.
A partir de entonces, pasó a ser integrante habitual de nuestro equipo de Copa Davis, y, en 1991, obtuvo una medalla en los Panamericanos de La Habana. “Recuerdo que en esa ocasión llevaron a los juveniles y dimos la sorpresa al lograr la medalla de bronce”, dice.
Si de algo se arrepiente es de haberse retirado tan rápido: colgó la raqueta a los 29 años. “Tuve una oportunidad de estudios que, quizás, no se iba a repetir más adelante”, admite (es administrador de empresas por la Universidad del Pacífico). Se casó, tuvo tres hijos y en 2003 comenzó sus andanzas como entrenador en una academia de tenis miraflorina.
Luego de 14 años como entrenador (llegó a tener su propia academia), Tupi recibió el llamado del Club de Regatas “Lima”. “Tenía otras ofertas, pero el Club me convenció en menos de una semana… La comisión de tenis, conformada por Jorge García, Mauricio Raffo y Roberto Monge, me presentó su plan y lo primero que me pidió fue compromiso al 100%”, nos cuenta. “Después de casi cinco años, creo que no se equivocaron”, agrega. “Tenemos infraestructura, organización, una buena dirigencia, capacidad de inversión y ambición deportiva… Nunca hemos estado tan bien como ahora a nivel de clubes, en lo que respecta al tenis”. Tupi aprovecha para agradecer a los directores de Deportes del Club; en especial, a Federico Valdez, y a la actual comisión de tenis, a cargo de Roberto Monge.
En paralelo, Tupi es el capitán del equipo peruano de Copa Davis. “En 2018 me llamaron de la Federación Peruana de Tenis; nuestro deporte atravesaba una situación difícil, pero asumimos el reto y, hoy por hoy, estamos en el grupo mundial 1”, dice. Bajo su liderazgo, la selección peruana de tenis ha vencido a sus similares de Suiza, Bosnia, El Salvador y México, entre otros rivales. “A veces le quito tiempo a mi familia para dedicárselo al tenis”, confiesa nuestro head coach. “Amo el tenis… Voy a llegar hasta donde la raqueta me lo permita”.