En ciertas modalidades, nuestro deporte insignia, el remo, necesita de la presencia de un timonel. En gran medida, él contribuye al éxito de una competencia. Cristhofer Rojas lo sabe mejor que nadie y nos habla de su experiencia. “Yo empecé como timonel de los deportistas del Club en el 2007, en un viaje que hicimos a Huacho. La intención era probar un bote de 8, pero no había nadie que hiciera de timonel, así que me inculcaron lo básico”, recuerda. Han pasado 15 años desde entonces y Christopher ya acumula varias regatas y presencia en torneos nacionales e internacionales, incluyendo los Juegos Panamericanos y Bolivarianos.
Cristhofer, de 33 años, nos cuenta cómo inició su vida deportiva. “Mi papá (Ricardo Rojas) trabajaba para el Club y me inculcó el amor por el remo. A mí me gustó estar en el mar, la disciplina que hay que tener… todo lo relacionado con este deporte”, relata.
Poco a poco, Cristhofer fue mejorando su técnica y participando en diferentes regatas, pero el destino le tendría deparada una sorpresa. Gracias al ejercicio fue ganando musculatura. Sin embargo, no tenía la estatura promedio de un remero. Fue así como su vida cambió desde esa incursión al norte de Lima. Aprendió a dirigir a los bogas, a supervisar la técnica de cada remero, a fungir de entrenador y estratega, y a dar la voz de mando en el momento preciso para que la embarcación llegara a la meta en los primeros lugares.
“Espalda atrás, cerrado al final”, dice Cristhofer, y describe el movimiento que debe hacerse cuando se dicta esta orden, la cual hace que los remeros corrijan su postura y puedan dar una mejor remada.
Además, como timonel debe verificar que el rumbo esté derecho. “Si el bote va en zigzag pierdes segundos, y eso en una regata significa perder o ganar”, precisa, a la vez que nos dice que no es necesario dar indicaciones durante toda la competencia, pero sí es importante estar al tanto de todos los detalles.
Su pericia y excelente desempeño lo han llevado a dirigir embarcaciones de remo coastal, para lo cual es fundamental el conocimiento del mar. “Hay que saber en qué momento dar la remada; una mala lectura de la ola nos puede romper el remo o voltear la embarcación”, explica. “En mar abierto no pides técnica, sino una respiración diferente y que se mantenga el equilibrio”, agrega a propósito de las regatas entre La Punta y Chorrillos.
Christhofer no es asociado del Club, pero siente un amor profundo por nuestra institución. “Es como una segunda casa. Gracias al Regatas soy lo que soy. Me ha permitido crecer. Siempre estaré agradecido y disponible para los entrenamientos y competencias”, confiesa. Desde aquí aplaudimos a nuestro emblemático timonel, que nos ha guiado a tantas victorias.
¡Nacemos deportistas, nos preparamos para ser campeones!