El pasado 4 de enero el equipo de Cap Optimist, conformado por las francesas Stephanie Barneix, Emmanuelle Bescheron, Alexandra Lux, Margot Calvet, Marie Goyeneche y la española Itziar Abascal, partió desde la playa 1 de nuestra sede Chorrillos con rumbo a la isla Moorea, en la Polinesia Francesa, un recorrido de 8 mil kilómetros que acaban de completar el pasado 25 de marzo.
A su llegada, las esperaba una gran comitiva local, junto a la cual celebraron la culminación de esta travesía de 80 días, que tenía como objetivo recaudar fondos para la lucha contra el cáncer. «Fue realmente duro remar cada una cuatro horas diarias, pero también fue un reto mental y humano vivir juntas en una pequeña embarcación», dijo Emmanuelle. Alexandra, por su parte, manifestó sentir “mucha alegría y un gran alivio” al concluir de manera exitosa este periplo, que implicó tres años de preparación.
La recaudación se llevó a cabo de la siguiente manera: cada kilómetro completado significaba 100 euros de parte de los auspiciadores y patrocinadores de la iniciativa; esto quiere decir que, tras haber recorrido 8 mil kilómetros, el monto total recaudado fue de 800 mil euros. El 60% de esta cantidad servirá para apoyar iniciativas que luchan contra el cáncer, como la Asociación Hope Team East, que promueve el deporte entre niños con cáncer durante su tratamiento o recuperación. El otro 40%, en tanto, sirvió para financiar la expedición.
Las integrantes del equipo de Cap Optimist siguieron la corriente norecuatorial del océano Pacífico, la misma que fue usada por los antiguos moches, para completar el recorrido que inició en nuestra sede Chorrillos en el mes de enero. Vale destacar que la travesía, que ingresará al Récord Guinness por el tiempo y la distancia que abarcó, fue supervisada por la Asociación Internacional de Surfing (ISA).
Para toda la familia celeste, es motivo de orgullo haber contribuido a esta expedición altruista, puesto que las seis waterwomen estuvieron entrenando en la piscina de nuestra sede días antes de iniciar el viaje. Además, nuestro Club brindó estacionamiento en la playa 3 al catamarán que acompañó a las remadoras, y apoyo náutico para abordar y desabordar a la tripulación.
Sin duda, se trata de una proeza que no olvidaremos y que nos inspira a continuar apoyando acciones a favor de las causas que más necesitan de nuestra atención.
