Ha sido un año dulce para Eduardo Romay. En 2025 se consolidó como comentarista deportivo, continuó posicionándose como uno de los atletas-influencers más destacados del medio, volvió a las canchas defendiendo la camiseta de nuestro CRL tras una prolongada lesión y, precisamente con el equipo celeste, acaba de llegar a la final de la Liga Peruana de Vóley Masculino tras superar a Vamos Peerles, el vigente tetracampeón del torneo. "Creo que el 2025 ha sido un año muy intenso, de mucho aprendizaje, de mucha desesperación… Me hizo regresar y volver a amar lo que siempre ha sido mi pasión”, nos dice el capitán celeste.
La ruta hacia la final, cuyo primer partido se tradujo en victoria celeste este domingo 7 de diciembre ante Von Newman, ha tenido muchos protagonistas, pero pocos tan influyentes como Romay, voz de experiencia y uno de los jugadores más determinantes de nuestro equipo masculino de vóley. “El Club de Regatas ‘Lima’, para mí, es mi familia. Es donde he crecido desde que mis abuelos eran asociados. Ahora mis papás también lo son, mis sobrinos… Le tengo muchísimo cariño. He recibido muchas ofertas de otros equipos, pero nunca he podido dejar al Regatas porque siento que soy muy parte de él, y no me sentiría tan representado en ningún otro lugar”, afirma. Con un compromiso que contagia, Romay se ha consolidado como el eje que sostiene al cuadro chorrillano en su regreso a las instancias decisivas de la Liga Peruana de Vóley.
A sus 30 años, combina tres atributos de gran valor: disciplina profesional, trayectoria internacional y un profundo vínculo con la institución. Formado en las divisiones del CRL, y con pasos por las ligas de Arabia, España, Turquía y Austria, entre otras, es un referente natural dentro y fuera de la cancha, porque su influencia no se limita al juego. Se ha convertido en un punto de equilibrio emocional, especialmente para los jugadores más jóvenes. Su capacidad para ordenar, motivar y mantener la concentración ha sido reconocida por el comando técnico y por sus propios compañeros. "Siempre considero que tengo que aportar lo más que pueda. Por la experiencia, por ser el capitán y por la posición en que me desenvuelvo. El opuesto es la máquina de ataque: no tienes tantas responsabilidades en recepción o defensa, entonces lo que esperan de ti es que traigas puntos. Siento la obligación de rendir al máximo”.
A la final de la Liga Peruana de Vóley Masculino, como todo el equipo celeste, Romay llegó con hambre de gloria. No en vano el título se nos resiste desde 2020, año en que él también formaba parte del plantel. "Me gustaría campeonar. Es clarísimo: si ya estamos en la final, queremos ganar. El rival es duro, un equipo aguerrido y con muchas ganas. Las finales siempre son complicadas. Yo, además, estoy en una guerra muy personal conmigo mismo, con mi lesión y con mi retorno a las canchas. Es bonito volver a sentir esta sensación de nervios, emoción, adrenalina, incertidumbre y ansiedad… Y creo que la emoción le gana al nerviosismo. Estamos listos”.
Este domingo 14 de diciembre toca dar el paso decisivo rumbo al título. Si ganamos a Von Newman en el segundo partido de la final, seremos campeones. ¡Va Regatas!
EL DATO
La segunda final, como la primera, tendrá lugar en el Coliseo Miguel Grau del Callao. Las entradas pueden adquirirse en las puertas del mismo Coliseo.