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Fernando junto a María Belén. Él le enseñó a subir a una tabla de surf. Foto: Techi Fuentes.

 

En casa de los Bazo Germán había una consigna: hay que hacer deporte. Pero Fernando no imaginó que sus tres hijos escogerían caminos distintos y que, junto a su esposa Pilar, tendrían que hacer malabares para acompañar a María Belén a gimnasia, a Santiago al taekwondo y a Juanfer a la natación. Años después, en compañía de ‘Mabe’, sonríe al ver lo lejos que han llegado sus hijos. Apenas hace unos días ella acaba de clasificar a los Juegos Olímpicos París 2024 en la modalidad de iQFoil (vela), en la que será su segunda participación en el máximo evento deportivo del mundo (ya estuvo en Tokio 2020).   

“La mejor manera de que los chicos aprendan valores es a través del deporte”, nos dice Fernando, y recuerda la etapa de Mabe como gimnasta. “Me moría de miedo, iba a sus competencias a taparme los ojos. Sufría mucho cuando la veía en la viga dando todos esos saltos mortales”, cuenta Fernando, que hoy forma parte del Consejo Directivo del Club como director de deportes náuticos.

Cuando la vio correr olas por primera vez, estuvo “emocionadísimo”. Fernando enseñó a María Belén el amor por la naturaleza y el mar. “De la gimnasia, pasé al windsurf y al tenis, pero me quedé con el primero porque era lo más parecido al surf, un deporte que practicaba con mi papá”, nos dice la velerista celeste.

De Mabe, Fernando aplaude y admira la disciplina, la perseverancia y el respeto al contrincante. “Ella no ve al contrincante como un enemigo, como alguien a quien hay que pisotear y ganar a toda costa. Tiene cariño por el contrincante, mucho respeto, y eso a mí me hace muy feliz”.

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María Belén participó en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Foto: EFE/CJ Gunther.

 

La carrera deportiva de Mabe lo pone muy contento, aunque, a raíz de los éxitos de su hija, a él ya no lo llamen por su nombre. “Dejé de ser Fernando, ahora soy el papá de María Belén”, confiesa, entre risas. “He llegado hasta aquí por mis padres, por todo el apoyo y la confianza que me han dado. Siempre me alentaron a seguir mis sueños”, comenta ella.

“De mis tres hijos, Mabe es la más parecida a mí. Es un alma libre pegada a la naturaleza”, nos dice Fernando. A pesar de ser tan unidos, ambos admiten que la parte más complicada de su relación es enseñarle cosas al otro. “Uno como profesor exige mucho, se desespera”, agrega él.

Aunque quisieran pasar el Día del Padre juntos, no será posible. Mabe estará en Marsella, Francia, entrenando para los Juegos Olímpicos. “No sé si mi papá pueda ir a verme. Muchas veces nos ha tocado pasar el Día del Padre separados por mis competencias o entrenamientos en el extranjero”. Estarán unidos a la distancia, porque un amor como el de ellos no se interrumpe con un océano de por medio.

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De mis tres hijos, María Belen es la que se parece más a mí”, nos dice Fernando. Foto: Techi Fuentes.