Luego de descender y ascender 42 metros en el mar de Filipinas, en un tiempo de 02:01:00 minutos, nuestro asociado batió el récord nacional de apnea en el AIDA Panglao Depth Championship – Encore, en la modalidad peso constante sin aletas. Es importante mencionar que por el momento, nuestro país no cuenta con ningún equipo competitivo de buceo a profundidad.
Actualmente Gonzalo tiene 33 años y vive en Australia, pero de niño asistía al Club de Regatas “Lima” con frecuencia. “Practiqué básquet y remo, pero nunca llegué a competir en ninguna de las dos disciplinas. Sí competí en karate, incluso en un torneo nacional… Siempre estuve ligado al deporte”, nos cuenta.
Con el pasar de los años, y con la mayoría de edad cumplida, Gonzalo decidió practicar muay thai y, posteriormente, viajar a Tailandia, donde residió por un tiempo, al igual que en Nueva Zelanda. “He vivido mucho tiempo en islas. Recuerdo que me pasaba días enteros en el mar… Así empezó mi gusto por el buceo”.
De regreso en el Perú, llevó un curso para convertirse en instructor de buceo. “Mi primer curso oficial fue en la piscina del Club”, destaca. Empezó a bucear en 2015, y, para finales de 2017, ya era instructor de buceo. Tiempo después llegó a Airlie Beach, en Australia, para trabajar como guía de scuba diving y de snorkel. Fue en ese trabajo donde coincidió con Matt Turnbull, su actual socio. “No había ninguna escuela que enseñase freediving; nosotros decidimos hacer la primera: Ocean Sense… Nos pareció una buena idea de negocio, era algo que a los dos nos gustaba”, precisa. Lamentablemente, cuando ya tenían todo lo necesario para empezar, llegó la pandemia.
Cada uno emprendió su propio rumbo. Gonzalo llegó a Sídney, pero mantenía contacto con Matt; tanto que, casi un año después, se reencontraron en Sunshine Coast. “Allí inició el proyecto que ahora es nuestra principal fuente de ingresos”.
Con el tiempo, Oceane Sense comenzó a crecer, y al día de hoy ya cuentan con más de 500 alumnos certificados y cuatro locaciones de trabajo. “Nuestra fortaleza es que nos dedicamos a tiempo completo a esto”, agrega Gonzalo, quien se encuentra en Bali, Indonesia, liderando un retiro de su propia academia. “Ahora nosotros podemos certificar instructores”.
Participó en su primera competencia de apnea por una cuestión del destino. “Una de mis alumnas me dijo que había una prueba y me llevó. Corrió con todos los gastos”, confiesa. Hoy ostenta un récord nacional. “Me siento feliz por el logro… En algún momento me encantaría representar al Club y al Perú”, sentencia. Que así sea.
¡Nacemos deportistas, nos preparamos para ser campeones!