Ciento cuarenta y siete años de historia no son fáciles de sintetizar. Es el tiempo que el Club de Regatas “Lima” lleva vigente, desde su fundación en 1875 por un grupo de amigos, con el objetivo de “dar regatas y desarrollar el gusto por esta útil distracción”; pasando por 1896, cuando, luego de la Guerra del Pacífico y gracias al esfuerzo y la perseverancia de este grupo de amigos, se inauguró la sede de la institución en el balneario de Chorrillos a partir de un peñasco sin playa; hasta el día de hoy, cuando disponemos, además, de cuatro filiales (La Punta, La Cantuta, San Antonio y Paracas) y de una sede en permanente evolución.
En este contexto, qué mejor que conocer más de las fotografías expuestas en nuestra Sala de Exposiciones Culturales que a través de la voz de sus propios autores. “Construí esta foto porque creo que el Regatas (la sede Chorrillos) no consiste en una sola cosa, un solo lugar, una sola escena, sino que es la unión de playas, edificios, deportes, actividades, hobbies… Fui varias veces al Club a tomar fotos y así fue cómo lo reconstruí mediante una imagen que abarca todo. A partir de unas 89 fotos, creé una sola que representa todos estos elementos”, nos dice nuestra asociada Kiana de Tramontana, una de las participantes de la Exposición y concurso de fotografía XXXII Aniversario Sala de Exposiciones Culturales CRL: “Orgullo Regatas, tradición y valores”.
“La fotografía, además de ser mi carrera profesional, siempre me ha apasionado. Ejerzo como fotógrafa desde hace seis años; es mi manera de comunicarme. El hecho de hacer collage me brinda la posibilidad de reinterpretar lugares: la fotografía es la herramienta que me permite hacerlo”.
“Elegí esta foto porque, para mí, representa parte de lo que es el Regatas, su tradición y valores. Además, retrata uno de los espacios que más he disfrutado, cerca al mar”, nos dice nuestra asociada Fabiola Álvarez. “Es un privilegio poder disfrutar de este lugar en cualquier época del año, saber que se está tan cerca de la ciudad y, a la vez, sentirse en un lugar especial, donde se respira otro ‘aire’”.
Fabiola agrega que su foto también “reconoce a esos protagonistas silenciosos que son los espigones, construcción heroica que nos permite un mar apacible y, a su vez, un espacio en el cual los deportistas, desde tempranas horas, inician sus actividades. Muchas veces nos acostumbramos a las cosas, pero poder detenernos a contemplarlas nos permite llenarnos de gratitud por lo que tenemos la oportunidad de disfrutar. Gracias por promover este tipo de actividades que me impulsaron a retomar el contacto con la fotografía y la vida marina que tanto extrañaba”.
“Para muchos de nosotros, el Regatas es nuestra segunda casa desde siempre; un hogar compartido; un lugar común donde, aun sin conocernos, formamos una gran familia”, nos comenta nuestra asociada María Laura Gutiérrez. “Y toda familia tiene sus lugares recurrentes en casa, los que son icónicos, donde nos reunimos y, más que nunca, desarrollamos nuestro sentido de pertenencia. Eso es lo que yo siento en estos dos lugares: al comenzar el día en San Antonio y al despedirlo en Chorrillos”.
“Entre tanto por mostrar, ha sido una casualidad que mis dos fotografías muestren un amanecer y un anochecer, un ciclo sin fin donde el Regatas siempre está presente”, concluye María Laura.
“Estaba en la zona de juegos, compartiendo con mi hija, y vi ese cielo espectacular que, combinado con el malecón y las palmeras del Club, se hacía aún más especial”, nos cuenta Álvaro Almenara a propósito de su fotografía.
“Esta es la foto que elegí porque me trae recuerdos lindos de mi infancia, de esos fines de semana en que llegábamos temprano al Club con mi familia y nos quedábamos todo el día disfrutando. Esos mismos recuerdos que ahora construyo con mi esposa e hija en el Club, sintiéndonos seguros, en un ambiente abierto y de confianza (algo difícil de encontrar hoy en día)”, agrega Álvaro.
Nuestro asociado Carlos Felipe Medina también nos habla acerca del significado que encierra la foto que apreciamos líneas arriba. “Para mí, representa el origen de la zona donde está nuestro local principal: solo pescadores luchando contra el mar. Actualmente siguen igual, a pesar de los años transcurridos, mientras que la visión y el empuje de los asociados transformó el lugar en lo que hoy conocemos y disfrutamos. Continuamos siendo buenos vecinos y colaborando siempre con ellos”. No en vano nuestro 4to muelle sirve de refugio a los pescadores y a sus embarcaciones cuando la marea crece, y también cuando, a diario, ingresan a las playas del Club para desarrollar sus labores de pesca.
