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Las piscinas del Club han visto crecer personal y deportivamente a Felipe (35), Antonio (37) y José del Pozo (32), tres hermanos apasionados del waterpolo.

Todo comenzó un verano del 2000, cuando, tras ocho años de inactividad, la academia de la disciplina de waterpolo decidió volver a formar un equipo competitivo. “El entrenador de esa época, Jesús Mendez, hasta ahora es nuestro mentor y amigo», comenta Felipe. “Se formó un equipo desde cero”.

La intención era firme, pero aún eran muy pocos integrantes. “Buscamos chicas del equipo de natación, para inscribirlas en el equipo y completar el número mínimo de participantes”, recuerda José.

Con 13 años, dada la situación, él aceptó el reto de participar en la categoría de los mayores junto a sus hermanos.

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Antonio. Felipe y José del Pozo.

COMPETENCIAS QUE MARCAN

Antonio y Felipe recuerdan con nostalgia la Copa Pacífico, competencia que se llevó a cabo en 2003  y supuso su debut internacional en representación del Perú. “Al inicio íbamos bajos en el tablero contra Chile, pero, sorpresivamente, remontamos”, cuentan los hermanos, y resaltan que lo mejor no fue ganar, sino sentir que el Club Regatas volvía a tener waterpolistas competitivos. ”Se notaba la evolución”, agrega Antonio.

Si hablamos de la familia completa en acción, uno de los campeonatos más importantes fue el Nacional de Mayores de 2007. ¡El Regatas volvió a campeonar!, gritaron desde el agua. Después de años, con la base del equipo de menores, lograron subir al podio en ese torneo.

El triunfo les dio una enorme satisfacción como familia y equipo, y al Club, la alegría de ver como nuestro waterpolo volvía a brillar. La comisión de aquella época apostó por un nuevo entrenador, renovó las pelotas, replanteó los horarios de entrenamiento e influyó para que más deportistas se animaran a sumarse al equipo.

LA FAMILIA 

Este deporte no solo les permitió desarrollarse de manera individual, sino que además, hasta el día de hoy, es un nexo de unión y lazo familiar para los tres hermanos. “No siempre coincidíamos, pero era bueno vernos y apoyarnos”, comenta Felipe. 

En la familia Del Pozo, durante las épocas de campeonatos, solo se hablaba de waterpolo; tanto sobre los equipos con los que les tocaba jugar, como acerca de lo que debían hacer en la piscina. 

Además, las competencias en el extranjero propiciaron la mejor excusa para emprender viajes familiares. “Todos iban a alentarnos y, después, nos íbamos de paseo”. cuenta José.

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José y  Felipe del Pozo junto a su padre, Antonio del Pozo.

HOY

La pasión por el waterpolo continúa firme. Felipe y Antonio siguen entrenando en el Club. “Las anécdotas son lo más valioso, ver crecer y evolucionar a gente de todas las edades y compartir con ellos es divertido y enriquecedor”, dice Antonio. 

Por su parte, José practica el deporte en un club cercano a Nueva York, donde reside y trabaja actualmente como abogado. Sin embargo, tiene un sueño pendiente: “En algún punto, la idea es volver a formar parte del equipo del Regatas”.

Si estás interesado en unirte a nuestra familia de waterpolo, escríbenos a: rherrera@clubregatas.org.pe