Pasar al contenido principal

Historias en pandemia que enaltecen la figura de nuestros deportistas en su camino a Tokio 2020. En esta séptima entrega, te contamos cómo fue que nuestra windsurfista recuperó el tiempo perdido lejos del mar para llegar en su mejor momento a sus primeros Juegos Olímpicos.

En Pachacamac existe un terreno que la familia Bazo Germán utilizó para construir un local y organizar eventos. Un lugar de relajo y diversión para la vida pre-pandemia. Durante el 2020, ese destino cambió. Con el confinamiento decretado, María Belén Bazo hizo de ese terreno su gimnasio para no detenerse ni un día. 

Utilizó piedras, palos, sogas y una bicicleta estacionaria para realizar una doble rutina diaria de ejercicios en los tres meses de inmovilización. Durante ese lapso, la windsurfista pasó por diferentes etapas: primero la de la tranquilidad y la alegría, pues el inicio de la cuarentena representó el momento para, por fin, estar con su familia. Unas merecidas vacaciones para alguien que, desde que salió del colegio, no volvió a estar más de un mes en casa. “Venía de un viaje de mes y medio en Australia y uno antes en Brasil. Quería estar en Perú, con mi familia y en mi cuarto. Me encantó volver a tener una vida normal y ordenada”, comenta. 

Sin embargo, con el tiempo llegó la preocupación y el estrés, cuando se enteró que sus competidoras iban recibiendo los permisos para volver a entrenar, mientras ella llegaba a su día 100 alejada del mar.

“Nunca había parado por tanto tiempo desde que empecé a navegar. Me empecé a angustiar, porque hablaba con la federación, el IPD, y aún no salían los permisos para que nosotros podamos volver a los entrenamientos”.

La esperanza llegó con la invitación para unirse a los entrenamientos del equipo Holandés. ‘Mabe’, como la llaman en su familia, no dudó y partió en julio hacia Europa para entrenar por cuatro meses con las windsurfistas top del mundo, antes de presentarse a su primera competencia en Portugal, luego de 10 meses. “No me sentía preparada. Los meses que estuve sin mi embarcación entrené mucho en lo físico, pero no era lo mismo. Después de cuatro meses sin navegar, toparme en el mar con las mejores del ranking fue un poco difícil y frustrante”, recuerda María Belén. 

Sin embargo, con el tiempo se fue emparejando. “Hoy siento que soy otra deportista y que estoy en un mejor nivel”. La postergación de los Juegos Olímpicos fue, sin saberlo, la oportunidad que necesitaba para entrenar al máximo nivel. “No tenía idea que tendría la oportunidad de entrenar con el equipo de Holanda y siento que la he aprovechado al máximo. He dado lo mejor de mi en cada entrenamiento”, afirma. Hoy María Belén Bazo está nuevamente cansada, pero feliz. Ahora, en Tokio, está en la recta final.

Tokio 2020:

  • Hora de competencia: 01:05 a.m. – Domingo 24
  • Modalidad: Windsurf RS: X
  • Sede: Puerto de Veleros de Enoshima