Ha sido pieza fundamental en los títulos más recientes de nuestro equipo femenino de vóley, es una de las jugadoras de más experiencia en el plantel celeste y ha demostrado su entrega en cada balón, cada punto y cada juego. Mirian Patiño es la mejor líbero del campeonato peruano y, a nivel de clubes, en Sudamérica.
La número 10 del sexteto celeste ha tenido una temporada llena de esfuerzos y satisfacciones. Luego de regresar del Sudamericano en Brasil, hace un balance de la temporada. “En la liga nacional terminamos bien y en el Sudamericano no hicimos un mal papel. El equipo es consciente de que podemos dar más”, nos dice nuestra líbero.
Mirian empezó a familiarizarse con el vóley desde que era una pequeña bebé, cuando su madre la llevaba a sus partidos y, antes de jugar, la dejaba en brazos de un familiar o una persona cercana. Años después, iniciaría su carrera como atacante. Destacó en el equipo Túpac Amaru como una de las mejores en esa posición, hasta que una de nuestras asociadas e ícono del vóley peruano la convirtió en líbero. “Para el 2013 Natalia Málaga me llamó y me llevó a Cesar Vallejo”, recuerda Mirian. “En mi primer año jugando como líbero salimos campeonas y recibí el premio como la mejor líbero de esa temporada. Fue algo muy lindo”.
De la actualidad celeste, Mirian destaca la unidad de todo el equipo y el compromiso que tiene con sus compañeras. “Siempre trato de apoyar en todo a las chicas. Sabemos que hay días en que una de nosotras no está bien, entonces nos corresponde al resto empujar y seguir adelante. Somos un equipo”, enfatiza.
Sabe que el apoyo de sus compañeras fue vital para ser elegida como la Mejor líbero del Sudamericano de Clubes. “Recibir esta distinción individual es una satisfacción. Yo trabajo para mí y para mi equipo. Compito contra mí misma para ser mejor”, sentencia.
Con la temporada concluida a nivel de clubes, Mirian ya está lista para sumarse a la selección peruana, con la que competirá en el Preolímpico rumbo a París 2024. Sin embargo, no pierde de vista el próximo año con el equipo celeste. “Independientemente de los refuerzos que puedan llegar, todas tenemos que sumar: cada año debemos superarnos”, dice.
Con 33 años, el retiro no está en sus planes. “En el plano mental me encuentro bien, y en el físico, igual, ya que no terminé la temporada con lesiones. Mi pensamiento está en ser campeona con Regatas una temporada más”.