La asociada Vanessa Ferro presenta, en la sala de exposiciones de nuestra sede de Chorrillos, una muestra fotográfica inspirada en la niñez.
«En la fotografía, siempre me ha llamado la espontaneidad. Que una imagen cuente una historia», comenta Vanessa Ferro. «Me gusta mucho retratar situaciones cotidianas que tengan drama, como un almuerzo, por ejemplo: un niño que está tirando la comida por el aire, una mamá cansada, las tías chochas derritiéndose por un bebé. Allí hay un montón de cosas para contar». La fotógrafa, actriz y asociada del club inaugurará el 10 de enero su muestra de fotografía ¿Puedo pasar?, en la sala de exposiciones de nuestra sede de Chorrillos.
La selección de Ferro está compuesta por treinta imágenes de diversos tamaños, formatos y gamas de colores, las cuales se podrán ver hasta el 31 de enero. Intimistas y naturales, todas las fotos fueron tomadas durante sesiones que llevó a cabo en casas de diversas familias a lo largo de siete años. En ellas no hay sonrisas forzadas ni posturas incómodas. «Nunca impongo situaciones. Más bien, estoy atenta a lo que pasa», explica Ferro. Ella procura darles una sola indicación a sus protagonistas: «Por favor, no posar». De esta manera, cada imagen registra el carácter particular de cada niño: sus travesuras, sus gestos pícaros y hasta sus pataletas.
«Mi generación tiene la ventaja de tener fotos imperfectas, porque antes no nos tomaban tantas. Tenemos imágenes movidas, oscuras, de llantos, y nada posadas», señala la artista. «Esas imágenes de mi niñez me marcaron e hicieron que me diera cuenta de que yo también quería hacer fotos así. Me interesa que los niños, ya de adultos, puedan verse reflejados en ellas».
En cuanto al nombre de la exposición, este hace referencia a la pregunta que Ferro les hace a las familias antes de entrar a sus hogares. «Más que a sus casas, les pregunto si puedo pasar a sus vidas. Y, a la vez, es una invitación a indagar, a experimentar, a crear algo juntos. No busco llegar con algo preparado».
Esta muestra, que sigue una línea narrativa cuidadosamente trazada, es la primera de su carrera como fotógrafa; la que empezó casi de casualidad cuando, en el 2011, publicó una foto propia en Facebook y una conocida le pidió comprársela. A partir de entonces, empezó a seguir cursos y talleres para complementar su agudo instinto fotográfico. «Es muy lindo que esta primera exposición sea en el club, porque mi niñez está muy vinculada al Regatas», comenta la artista. «Mis vacaciones útiles eran aquí. Formé parte de las selecciones de natación, de vóley, de bádminton. De chica pasé todos mis veranos en el club».
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