El triatlón es un deporte de largo aliento. Sus competencias se prolongan por varias horas y son extenuantes; al punto de que, incluso, muchos participantes no llegan a completarlas. Por eso el mérito de Enrique Medina García, asociado y experimentado miembro de nuestro equipo de triatlón, es enorme: obtuvo el primer lugar en el Ironman 70.3 de Manta, Ecuador, en la categoría 50-54 años. Un título que le valió clasificar a la Copa Mundial de Ironman, que se realizará en Finlandia en agosto del próximo año.
El Ironman 70.3 lleva este nombre porque consiste en recorrer 70,3 millas a través de tres modalidades. Implica 2 km de nado, 90 km de ciclismo y 21 km de running. “Al año existen alrededor de 140 competencias de Ironman 70.3 y solo los ganadores clasifican al Mundial. Es la primera vez que yo logro clasificar”, precisa nuestro representante, que terminó el certamen en un tiempo de 5 horas, 11 minutos y 53 segundos.
“Empecé nadando a los 6 años. Es mi principal fortaleza en triatlón; siempre trato de sacar ventaja en esa parte de la competencia”, nos dice Enrique. De hecho, entre los 50 competidores de su categoría, fue el primero en terminar los 2 km de natación. En bicicleta alcanzó un tiempo de 2:49 horas y en el medio maratón final, 1:42 horas.
Enrique incursionó en el maratón cuando tenía 15 años. Y en el ciclismo y el triatlón, a los 18, “con una bicicleta muy básica que luego se fue sofisticando”.
Ciudad de México es su tierra natal. Sin embargo, por motivos laborales, llegó al Perú a principios de 2020, semanas antes de la pandemia. Desde entonces, radica en nuestro país, donde no ha dejado de practicar el deporte que lo apasiona. “Pedí recomendaciones y me dijeron que el Regatas era el mejor club y que tenía el mejor equipo de triatlón”. Aquí encontró las facilidades que necesitaba. “Las piscinas, el equipo, los entrenadores… Es un gran lugar para entrenar. Con los chicos del equipo siempre hay un gran ambiente; nos retamos, nos ayudamos y avanzamos juntos”.
Uno de los pilares de Enrique es su familia. “Tengo dos hijos estudiando fuera del Perú; vivo con mi esposa, nos apoyamos mutuamente”, afirma. Reconoce que la vida de los deportistas implica diversos cuidados y sacrificios, por lo que el respaldo que recibe de sus seres queridos es fundamental. “Sin ellos, no podría hacer nada. Los entrenamientos son muy pesados; la alimentación es diferente… Mi familia me comprende. Es parte de mi éxito”.
A falta de más de un año para el gran desafío del Mundial, Enrique dispone de tiempo para prepararse. “Conforme vaya acercándose la competencia, iré aumentando la intensidad para hacer un buen papel”, añade. No tenemos dudas de que dejará el nombre de nuestro Club en alto. ¡Gracias, Enrique!
EL DATO
Durante las competencias de triatlón la correcta alimentación cumple un rol esencial. En Ecuador, nuestro representante tomó bebidas rehidratantes, acompañadas de carbohidratos en polvo, para mantener la energía durante todo el trayecto. Además, consumió seis geles (uno cada 45 minutos) ricos en aminoácidos para mantener su musculatura en buen estado.