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Kiara dio sus primeros pasos en una cancha de vóley. Literalmente. Sus papás la dejaban al cuidado de su abuelo mientras ellos jugaban. Hasta que un día la pequeña Kiara comenzó a caminar por la cancha. “Crecí en este mundo, soy parte de este ambiente. Mi mamá juega hasta ahora en los campeonatos de señoras”, nos cuenta Kiara. Su primo hermano, Jorge Sayán, también jugó vóley a nivel profesional. Estuvo un par de temporadas en el Regatas y llegó a la selección. “Mi familia siempre ha estado muy involucrada en el ámbito del vóley”, agrega la punta de nuestro equipo celeste. 

Kiara acaba de cumplir 22 años. Debutó en Cristal allá por 2015, cuando el deporte y los estudios ya eran parte de su rutina. Actualmente estudia Comunicaciones en la USIL; está a mitad de carrera. “Me gusta bastante el mundo de las comunicaciones en general… Podría dedicarme al periodismo deportivo o, quizás, estar detrás de cámaras”, confiesa. Aún no se decanta por un rubro específico.

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En el vóley, Kiara tiene como referente a la brasileña Gabi Guimarães. “Juega en mi posición, maneja muy bien todos los fundamentos y no es muy alta: mide 1.80”, dice Kiara.

En el vóley, Kiara no solo es pieza importante de nuestro bicampeón peruano, sino que además integra la selección nacional. En 2021, fue parte de la delegación que logró la medalla de plata en los Panamericanos Junior de Cali. A nivel juvenil subió al podio en reiteradas oportunidades con el equipo peruano, pero con la absoluta aún tiene pendientes grandes objetivos. Clasificar a un mundial de mayores y a unos juegos olímpicos son las dos grandes metas con las que ya podría retirarse tranquila, pronostica. 

Fichó por el Regatas en plena pandemia y, desde entonces, ha sido campeona de la LNSV. Ahora toca pensar en el tricampeonato, pero también en subir al podio en el Sudamericano de Clubes, donde el año pasado quedamos en la cuarta posición. “Nos estamos preparando para eso, creo que tenemos un muy buen equipo”, dice Kiara. “Tenemos un muy buen colectivo. Todas jugamos para todas y nos apoyamos siempre. Fuera y dentro de la cancha funcionamos como equipo”.

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“Todas jugamos para todas y nos apoyamos siempre”, dice Kiara sobre el equipo celeste. Este año van por el tricampeonato en la LNSV.

Para Kiara, “estar en Regatas es un golazo. Tenemos nuestro propio gimnasio, un coliseo, un centro médico, terapias de hielo, que son básicas para nosotras… Deportivamente, el Club nos da muchísimas facilidades. Creo que como Regatas no hay”.  

En las redes sociales, Kiara no pasa desapercibida. En Instagram, por ejemplo, cuenta con más de 40 mil seguidores. Pero no siente que dependa de las redes ni que tenga que subir contenidos todos los días. “No muestro todo lo que hago, sino lo que realmente me provoca compartir con mis seguidores”, dice.   

El año pasado le ofrecieron participar en un concurso de belleza, pero prefirió abstenerse. “Estoy en una muy buena etapa en el deporte y en una etapa fundamental en mi carrera. Quiero enfocarme en ambas cosas. Quizás podría modelar para alguna marca o hacer algunas fotos, pero un concurso de belleza es muy agotador y demanda tiempo. Por el momento estoy contenta con lo que vengo haciendo”, explica. “Por ahora mi idea es seguir disfrutando y aprendiendo. Siento que tengo un camino largo en el vóley”

En su tiempo libre, nuestra celeste disfruta de pasar tiempo con su familia y su enamorado; de ir al cine, juntarse con sus amigas y jugar juegos de mesa. Quisiera aprender a surfear, a boxear y a jugar al tenis. También quisiera ir a la playa o hacer algún viaje corto, pero para ello antes tiene que terminar los dos cursos de Comunicaciones que está llevando este verano. Como buena deportista, sabe que los sacrificios, grandes o pequeños, forman parte de la vida de los verdaderos campeones.

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Kiara mide 1.78 metros. “De chiquita era un alfiler: alta y flaquita”, confiesa.