Nuestro equipo de la división superior femenina acaba de consagrarse campeón de la Liga Deportiva Mixta de Basketball de Lima. La serie final contra el Real Club terminó con un saldo de 3 a 0 a favor del quinteto celeste. En el último partido, celebrado en el coliseo de nuestra sede Chorrillos, una jugadora fue reconocida como la MVP, gracias a sus 16 puntos y 14 rebotes: Zuleira Aties.
Nuestra pívot cubana de 42 años fue fundamental para cerrar la serie ante un Real Club que buscaba alargar la cantidad de juegos. “Teníamos 14 puntos de ventaja y, de pronto, nos empataron el marcador. Pero nosotras estábamos tranquilas, ellas tenían muy poco tiempo y estaban en el límite de faltas. La serie se encontraba a nuestro favor, nos dedicamos a jugar”, nos cuenta Zuleira, días después de haber finalizado el campeonato.
Zuleira no esperaba convertirse en jugadora profesional de basquetbol cuando empezó a practicar este deporte. Tenía 7 años y su estatura la hacía destacar entre la gente. Un día, caminando por su Cuba natal, ella y su madre pasaron frente a una escuela de básquet. Una de las profesoras salió y preguntó si la pequeña hacía algún deporte. “A mí me gustaba todo lo que tenía que ver con el baile, pero me convencieron de ir a una clase de básquet, fui y me encantó”, nos dice la atleta celeste.
A partir de entonces, se enamoró de este deporte. Integró el equipo infantil de La Habana y, después, formó parte de las distintas categorías de las selecciones juveniles cubanas. Participó en campeonatos internacionales, incluyendo panamericanos, centroamericanos y mundiales.
A los 18 años, a fines de los noventa, supo que quería dedicarse al básquet profesionalmente. “Quería explotar mi talento. Si me quedaba en Cuba, me iba a estancar. Quería ayudar a mi mamá, que estuviera cómoda, y darme valor como jugadora; quería crecer”, revela.
El problema es que la normativa cubana no le permitía jugar de manera profesional mientras integrara la selección nacional. Por ello, Zuleira renunció al equipo y fue sancionada con cinco años de inactividad deportiva, de los cuales cumplió cuatro. Luego partió al extranjero: su primer destino fue Hungría, donde llegó en 2006.
El club Ceglet, en Hungría, le dio su primera chance de jugar a nivel profesional. Posteriormente, emigró a Italia, donde jugó por el Puozzoli, de la ciudad de Nápoles; y continuó su carrera en países como España, Ecuador y Argentina.
Su recorrido por Europa la hizo conocer otro estilo de juego. “El básquet que se juega en Cuba es físico; el europeo se enfoca en lo táctico. Cuando te marcan en zona, te incomodan mucho. Las jugadoras cubanas somos muy buenas en el uno contra uno. Tuve que adaptarme; me costó, pero me fue muy bien”, recuerda.
Al Perú llegó luego de los Juegos Panamericanos de 2015. Tras pasar por una serie de equipos, fichó por nuestro Club de Regatas “Lima” en 2018. “En el Club siempre me han tratado muy bien. Me hacen sentir muy cómoda”, cuenta.
Hoy, con 42 años, la vida familiar es la prioridad de Zuleira. “Quiero ser mamá. Hace un año tuve un embarazo y lo perdí. Si Dios me lo permite y salgo en estado, en este periodo donde no hay campeonato terminará mi carrera deportiva”, confiesa.
En el plano deportivo, sueña con su propia academia. “Me gusta entrenar. Ayudo a mi esposo Yosmel Zequeira Forten, que tiene su academia en Arequipa; ayudo con las clases de las niñas”, nos cuenta.
Al margen del futuro, el nombre de Zuleira Aties ya ha quedado grabado en la historia reciente del básquet celeste. Sin duda, se ha convertido en una de las referentes del plantel; jugar de espaldas al aro le ha permitido ser una pieza fundamental para el equipo y ganarse el cariño de todos.