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Argentino de 61 años. Papá de un hijo de 29 que es director de cine. Fue entrenador de vóley en países como Colombia, Costa Rica, Hungría y, por supuesto, el suyo. Entrena al equipo profesional femenino del Regatas, con el que se consagró bicampeón de la Liga Nacional Superior de Voleibol del Perú. Además, es el head coach de vóley del Club. 

Si hicieran una película de tu vida, ¿cuál te gustaría que fuera la primera escena?

Me gustaría empezar corriendo en mi pueblo. No hay cosa que me dé más placer, y me recuerda a mi infancia.

¿Qué recursos usas cuando estás bajo presión?

Me encanta estar bajo presión, la adrenalina de las situaciones extremas me resulta excitante.

¿Qué es lo más raro que te ha pasado en plena competencia? 

Lo más extraño, y a su vez triste, es que tuve que hacer la charla técnica y dirigir el día que murió mi padre. Fue terrible y, a su vez, estaba fuera de mi capacidad.

¿Tienes algún ritual o cábala antes de un partido?

No tengo rituales ni cábalas. Confío al 100% en el conocimiento, el entrenamiento y, algunas veces, en la suerte.

¿Cuál ha sido tu logro más grande hasta ahora?

Está de acuerdo al medio y a las oportunidades que uno tiene: clasificar a eventos tops con tres seleccionados que dirigí; los tres campeonatos con Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, y los dos con Regatas.

Cuando eras chico, ¿qué querías ser de mayor?

Deportista o entrenador… Las dos facetas me apasionaron siempre.

¿Qué quisieras haber inventado?

Algo relacionado con la astronomía; me obsesiona Marte.

¿Qué aprendiste de tu padre? 

La sabiduría, el silencio, las palabras justas, y a disfrutar de pequeñas cosas. 

¿Y de tu madre?

El afecto, el cariño por los animales y la solidaridad.

¿Qué cambiarías de ti mismo?

No cambiaría mucho. Me acepto como soy; estoy superfeliz con mi destino.

¿Cuál ha sido el momento más difícil de tu vida? 

La muerte de mi viejo. No lo pude despedir, estaba en un torneo en Estados Unidos. 

¿Y el más feliz?

En el mar, muchas entradas a puerto con mi velero, durante 2 años.

Si pudieras sentarte a cenar con tres personas o personajes, reales o ficticios, muertos o vivos, ¿a quiénes elegirías?

A mi padre Rodolfo, a mi hijo David y a Charles Darwin.

Si murieras mañana, ¿qué harías hoy?

Iniciar  un viaje en un velero y disfrutar a full el día con mis seres queridos.

¿Hay algo que te falte, o que desees, que haría que renuncies a todo lo que has conseguido?

No me falta nada; soy extremadamente realista. Me hacen feliz pequeñas cosas y situaciones muy simples y cotidianas, como disfrutar de momentos diarios. No renuncio por nada a lo que me brindó la vida: soy de los que quieren disfrutarla al máximo.